Lula es condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero
Antes de la entrega del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el pasado miércoles 4 de abril, seis de los 11 ministros del Supremo Tribunal Federal del país votaron en contra de Da Silva. Como respuesta, la defensa del exmandatario introdujo dos recursos en la tercera y cuarta instancia, los cuales fueron rechazados 36 horas después.
Por dos días, Lula permaneció en la sede del Sindicato de los trabajadores del Metalúrgico en San Bernardo de Ocampo. Alrededor de las cinco de la tarde de este sábado, intentó entregarse a la Policía Federal. Sin embargo, simpatizantes impidieron su salida, lo que lo llevó a retornar al edificio.
Posteriormente, en un segundo intento a las 6:42 pm en medio de gran agitación, el expresidente salió caminando hasta aproximadamente una cuadra, en donde lo aguardaban vehículos custodiados por el cuerpo policial de la entidad para trasladarlo hasta su sede. Allí, le fue realizado “un examen del cuerpo de delito” para verificar su estado de salud. Luego un helicóptero lo trasladó hasta el Aeropuerto de Congonhas, en en el donde tomaría por último un avión con destino a Curitiba.
Los defensores de Lula cuestionaron la prisión y manifestaron que aún podrían presentar los llamados “embargos de los embargos”.
Finalmente, Lula fue condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero. Ante estos cargos, el exmandatario del país amazónico pasó la primera noche de prisión en la sede de la Policía Federal en Curitiba, en el estado de Paraná.
Lula fue condenado en segunda instancia por el caso de la adquisición de un apartamento triplex en la ciudad costera de Guarujá, Sau Paulo.
Da Silva se convierte en el primer expresidente brasileño condenado por crimen común y deberá cumplir una pena de 12 años y un mes de prisión. En este sentido, por orden del juez Sergio Moro, Lula permanecerá preso en el cuarto piso del cuerpo policial brasileño aislado de otros presos por la operación “Lava Jato”, en una sala especial reservada por derecho previsto en la ley. La celda posee 15 metros cuadrados, baño privado, cama individual, una mesa y televisión. Además, recibirá tres comidas diarias, será vigilado 24 horas al día y podrá recibir visitas únicamente los días miércoles. Igualmente, tendrá derecho a recibir dos horas de baño de sol.
Los políticos que quieran visitarlo deberán tener previa autorización. Como consecuencia, luego de la entrega de Lula, manifestaciones a favor y en contra se hicieron sentir en diferentes regiones de Brasil, en donde grupos partidarios de la detención celebraron con fuegos artificiales. Como contraparte, los seguidores de Da Silva rechazaron la sanción penal con cacerolazo