“Universitarios deben estar comprometidos en la construcción y desarrollo del país”
Expresó Carlos Eduardo Escobar
“Ser estudiante universitario reúne ciertas cualidades que distinguen al futuro profesional de la república, capaz de aportar ideas que permitan el desarrollo, avance y construcción de un país”, aseveró Carlos Eduardo Escobar, estudiante de la escuela de Comunicación Social en la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) en Maracaibo.
Estas declaraciones las emitió Escobar en marco del 54º aniversario del Día del Estudiante, quien destacó que además de enseñar y aprender nunca se debe olvidar la humildad, sin importar el lugar que desempeñes en la sociedad, además que en la trayectoria académica conocerás y obtendrás experiencias, anécdotas y triunfos que lo hará crecer profesionalmente.
Relató que en la vida universitaria deben existir valores fundamentales, entre ellos, la responsabilidad, lealtad y ética que los ayudarán a convertirse en profesionales exitosos.
“El universitario es un ser poseedor de una necesidad, que no es biológicamente vital; pero si personal, intelectual y espiritual, es la necesidad de conocer la verdad, aunado a ese conocimiento la práctica y defensa de los valores trascendentales del hombre, que en busca de conocer la verdad, descubre a su vez el significado, importancia y la puesta en práctica de cada uno de estos valores en todo el resto de su vida”.
Escobar quien también cursó estudios de pregrado en la escuela de Educación Integral de la Universidad Panamericana del Puerto (Unipap) dijo que en la experiencia en esta Casa de Estudios aprendió que ser estudiante es enfrentar con valentía, respeto y ética el honor de un profesional de excelencia, y cuando lo estime necesario, cuestionar parte de un universo de criterios que viene descubriendo en diferentes etapas de su vida y por diferentes medios o ámbitos en que estos criterios se les presentan y armado con esos conocimientos y valores esenciales se prepara para enfrentarse a ese argumentado, pero no obstante; cuestionado universo de ideas que se ha encontrado y que seguirá encontrando en toda su vida”.
El futuro comunicador social aseveró que nuestro país necesita de buenos profesionales, gente capacitada y preparada para salir adelante, quien mejor que nosotros los estudiantes venezolanos que estamos en un país con pensamiento bolivariano”.
Servicio comunitario: crecimiento personal
El servicio comunitario es requisito imprescindible para la aprobación de cualquier carrera universitaria que busca integrar al estudiante con la comunidad, es decir, que conozca sobre los problemas que existen dentro de ella y preste toda la colaboración en beneficio de la colectividad”.
De las obligaciones del prestador del servicio comunitario, según lo establecido en el artículo 18 de la Ley del Servicio Comunitario señala que “realizar el servicio como requisito para la obtención del titulo de educación superior. Dicha labor se sustituirá las prácticas profesionales incluidas en los planes de estudio de las carreras de educación superior; acatar las disposiciones que se establezcan en los convenios realizados por las instituciones de educación superior; actuar con respeto , honestidad y responsabilidad durante el servicio comunitario; acatar las directrices y orientaciones impartidas por la coordinación y el asesor del proyecto para el cumplimiento del servicio comunitario; cumplir con el servicio comunitario según lo establecido en esta Ley y sus reglamentos y por último cursar y probar la previa ejecución del servicio comunitario, un curso, taller o seminario sobre la realidad de los comunidades.
TC
Un poco de Historia
Según revela el portal de efemérides venezolanas en relación al Día del Estudiante Universitario en su lucha contra la dictadura y como protesta por el anunciado plebiscito que reelegiría al presidente de la República, los estudiantes caraqueños se declararon este día en huelga, contribuyendo en gran medida a la caída de Marcos Pérez Jiménez. Entre los principales organizadores estuvieron Antonio José Urbina, Chela Vargas, Hilarión Cardozo, Ramón Espinoza, Alejandro Arratia, Héctor Rodríguez Bauza, Leticia Bruzual, Enver Cordido, Julio Escalona, Emilio Santana, entre otros.
La huelga universitaria estuvo precedida por la que habían promovido los estudiantes de los liceos Fermín Toro, Aplicación, Juan Vicente González, Andrés Bello, Razetti, Caracas y la escuela Miguel Antonio Caro. El 21 de noviembre de 1.957, tal como lo habían previsto los organizadores, estalló la huelga en la Universidad Central, desde donde se extendió a otras Universidades. En la Universidad Católica Andrés Bello los estudiantes quemaron la Ley Electoral, que era fraudulenta, un ejemplar del diario «El Heraldo» y un retrato de Pérez Jiménez.
Se conoció a través del documento que la huelga estudiantil produjo una serie de comunicados que repartieron en volantes. Pese a que la Seguridad Nacional tomó la Universidad Central, apresó a numerosos estudiantes y cerró los centros de educación superior, tuvo tal éxito que fue uno de los desencadenantes que concluyeron con la huida del dictador Marcos Pérez Jiménez. Desde entonces se celebra el 21 de noviembre el Día del Estudiante.
El 21 de noviembre de 1957 los jóvenes que irrumpieron en el Congreso de Cardiología de la Universidad Central de Venezuela, lo hicieron a todo riesgo para denunciar a una dictadura que no permitía publicaciones en los diarios, debates en el Congreso y mucho, muchísimo menos, Comisión de Derechos Humanos.
La Seguridad Nacional apresó a varios estudiantes y algunos de ellos tal vez habrían pasado tres o cuatro años, encerrados en la Modelo o en la Cárcel Nueva de Ciudad Bolívar, como los pasaron, valga un solo caso, aquellos que fueron encalabozados a raíz de la protesta contra la X Conferencia Interamericana, celebrada en la Ciudad Universitaria con el solo objetivo de darle el visto bueno a la invasión de Guatemala.
Por fortuna, tal 21 de noviembre despertó el espíritu de lucha de Caracas, que parecía dormida, pero que estaba próxima a dar las grandes sorpresas en enero de 1958. El Frente Universitario pasó a ser entonces la brigada de ataque callejero, con aquellos muchachos desafiantes, puños en alto y rostros a la luz del sol, que tan pronto mitineaban en Pro Patria y Catia, como en Capuchinos y El Silencio, y que en la etapa final acudieron a las bombas molotov para enfrentar a las fuerzas policiales.
No pocos de quienes participaron en la jornada del 21 de noviembre y de los que antes habían combatido con igual ardor, por ejemplo en febrero de 1952 contra el cierre de la Universidad, salieron una y otra vez a la calle, ya iniciado el proceso democrático con Larrazábal, para defender lo tan duramente conquistado.
Lo hicieron frente a los insurrectos del 22 de julio, altaneros en La Planicie y casi con el triunfo asegurado, y lo hicieron el 7 de septiembre frente al Palacio Blanco y la Policía Militar. No llevaban capuchas los jóvenes y menos armas de fuego. Coraje sí, propósitos claros también.
Después sería la febril actividad semiclandestina en universidades, liceos y colegios en contra de la dictadura. La tristeza le daba paso a la esperanza del pueblo y la alegría más espontánea retumbaba en los corazones de los presos y de los exiliados políticos.
El 21 de noviembre se consagró como Día del Estudiante, por la gesta cumplida en las Universidades, particularmente en la Universidad Católica Andrés Bello y en la Universidad Central de Venezuela, escenario admirable de la jornada de esa fecha.
Estas acciones, junto con el descontento popular, civil y militar, fueron determinantes para lo poco tiempo después viviría Venezuela, el 23 de enero de 1958, fecha clave en la historia de un país que apostó todo por vivir en un régimen democrático.
El decreto
Decreto del Día del Estudiante Universitario. Gaceta Oficial N° 25.818 del Viernes 21 de noviembre de 1958, Junta de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, decreto número 436 – 21 de noviembre de 1958.Venprensa- Redacta Infoven.
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