Cargando pesadas maletas y mochilas miles de Venezolanos llegan a Colombia todos los dias

Con el viento del desierto golpeándoles la cara, cientos de inmigrantes venezolanos cargando maletas pesadas y mochilas caminan lentamente bajo el abrasador sol hacia la ciudad fronteriza colombiana de Maicao.

Son 13 kilómetros desde el puesto limítrofe de Paraguachón, donde más de un centenar de venezolanos hacen fila fuera de la oficina de migración. Cambistas se sientan en mesas con gruesos fajos de bolívares venezolanos, una moneda casi sin valor por la hiperinflación bajo el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

El remoto puesto en la árida península de la Guajira es la primera línea del frente en la peor crisis humanitaria de América Latina. Los venezolanos llegan hambrientos, sedientos, cansados y sin certeza de dónde pasarán la noche, pero aliviados de haber escapado de la situación al otro lado de la frontera.

Los que cruzan se suman a más de medio millón de venezolanos que migraron a Colombia, muchos ilegalmente, escapando de la pobreza extrema, el aumento de la violencia y la escasez de alimentos y medicinas en la que alguna vez fue una próspera nación exportadora de petróleo.

“Es intentar emigrar o morir allá de hambre”, dijo Yeraldine Murillo, de 27 años, quien dejó a su hijo de seis años en la ciudad de Maracaibo, 90 kilómetros del otro lado de la frontera.

“Allá la gente come de la basura. La gente aquí con solo comer es feliz”, sostuvo Murillo, quien espera encontrar trabajo en la capital Bogotá y luego mandar a buscar a su hijo.

El éxodo de Venezuela está despertando alarma en Colombia. Un extenuado funcionario de migración afirmó que hasta 2.000 venezolanos ingresan legalmente Colombia por día a través de Paraguachón, frente a los 1.200 de fines del año pasado.

Bajo presión de las superpobladas ciudades fronterizas como Maicao, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, endureció este mes los controles fronterizos, suspendió la emisión de tarjetas de ingreso diario y desplegó 3.000 militares.

Pero es poco probable que esas medidas detengan el flujo de inmigrantes a través de la porosa frontera de 2.219 kilómetros.

En Paraguachón, que ante los débiles controles ha sido por mucho tiempo un centro de contrabando, los funcionarios estiman que unas 4.000 personas cruzan la frontera ilegalmente cada día.

“Dejamos casa, carro, todo lo dejamos allá, los bienes que tenemos en los bancos los dejamos”, dijo el exvendedor de productos electrónicos Rudy Ferrer, de 51 años, que llegó hace dos meses, duerme en la calle frente a un almacén en Maicao y estima que hay 1.000 venezolanos que pernoctan en esas calles.


@VenprensaLC // Con Información LA PATILLA